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La Ultima Pluma Del Cuervo










 

Historias del 3er. Torneo

La llegada de La Guild:

La noche se acercaba, ya eran varios dias de camino y por fin podian observar unas torres lejanas. Hacia el horizonte se alzaban tan imponentes que asombraban hasta al mas ecuanime... Eran las torres de los Herederos.

Fabber: Hermanos estamos en territorio de los Herederos, debemos tener cuidado.

Turalyon: Sobre todo porque nos hemos deshecho de todas nuestras alianzas, no sabemos como nos pueden recibir.

Paranahue: debemos mandar un mensaje antes de llegar a la torre, avisarles que venimos en son de paz. Que solicitamos informacion muy importante. Mandare a mi cuervo preferido...

Paranahue voltea a ver a su cuervo que lo observaba desde su hombro... "a ver Tequila, lleva este mensaje a esa torre"... y el cuervo al instante se alza al aire volando en la direccion indicada. "solo espero que este no me salga tan despistado como los otros que he mandado", penso el mago.

Mientras esperaban la respuesta, los magos descansan y meditan... en eso.

Ghrendhel: Cuidado!!! Merlin!

Merlin alcanza a esquivar un misil magico que solo le quema una parte de su larga barba.

Todos se ponen en posicion de alerta, alguien los atacaba, pero no podian ver quien ni de donde... un golem aparece y se dirije a Turalyon, pero Ghrendhel alcanza a quemarlo con una llamarada.

Fabber: Ya lo vi, esta detras de esos arbustos

Al verse descubierto el atacante comienza la huida, un portal comienza a crearse. se dirije hacia él, pero una lluvia de misiles se interpone en su camino... entonces lo alcanzan a ver... se trata de Ilusionista...

...Fue entonces cuando Neikos mandó a uno de sus sirvientes para señalar el camino a la Guild...

Aquel cuyo Nombre no debe ser pronunciado, se presentó ante Fabber el Verdeoscuro, Ghrendhel, Merlin y Paranahue para llevarle a la Torre Negra donde debía encontrarse con Neikos. En la travesía por los Desiertos del Norte, el Poderoso Fabber sentía como la angustia invadía su corazón al sentir el Poder que en esos lugares existía. Grande debe ser la Fuerza de los Herederos -pensaba Fabber- pocos podrían aguantar en estos parajes.

Sobre el horizonte se alzaba una silueta terrible, un símbolo de muerte y de un mundo más allá de la Tumba...

¿Es allí hacia donde nos dirigimos? -preguntó Fabber-

No -respondió secamente El Oculto- Eso que ves no es más que un sepulcro de un Gran Señor de tiempos Ancestrales, ante cuyo nombre el mundo había temblado una vez...

Era una enorme tumba de piedra oscura, un mausoleo que empequeñecía los palacios de los mortales. El amenazador edificio estaba rodeado por un aura de maldad. El hedor de la muerte y la desesperación cubría las torres en forma de cráneo.

En él descansaba el más grande de los Paladines del Caos, un dios mortal, que en tiempos, había puesto de rodillas al mundo. Las siniestras cámaras estaban repletas de los cráneos de sus víctimas, el interior de las grandes catacumbas brillaban con las armas de los que habían caído por su mano. Sobre las almenas de la tumba ondeaban los estandartes de aquellos a los que había derrotado.

Bajo la sombra de la tumba, Fabber divisó a los guerreros del Norte. Los bárbaros se preparaban para la guerra, recitando las sagas del Caos y ofreciéndole presentes al héroe muerto. Pudo ver como rogaban al Señor de la Guerra caído que regresara al mundo de los vivos, trayendo consigo la victoria para sus armas y entregándoles el mundo...

Siguiendo el camino hacia el Norte, llegaron a una muralla, alineada con pilares y columnas, arcos de sangre y huesos tallados, peldaños de bronce, horribles bocas gritando y Demonios atrapados por el hierro más negro. Rocas y cráneos se apilaban en su base. La muralla se extendía incólume en su horrorosa perfección de horizonte a horizonte.
Mientras Fabber observaba desde su posición, vio como un gran ejercito de los Perdidos y los Condenados asaltando la muralla, y la muralla se erizaba de acero al defenderlo otra gran hueste de Esclavos de la Oscuridad. Allí los ejércitos del Caos combatían unos contra otros a las órdenes de sus amos. Grandes máquinas de guerra chocaban contra las murallas. Las alas oscuras de una nube de monstruosidades voladoras bloqueaba los rayos del sol rojo como la sangre mientras descendían sobre las almenas.

Los relámpagos estallaban y partían por la mitad a los guerreros, sin distinguir entre atacantes y defensores. El horrible fragor de la batalla, el clamor de la guerra, rugía como el trueno hasta que el propio cielo tembló. Y pese a todo las cohortes de los Dioses Oscuros se enfrentaban entre ellas, muriendo a millares hasta que los muertos superaban a los vivos.

El Oculto, señaló a Fabber el camino, que les separaba de dicha fortaleza y les llevaba más al Norte.... Yo no puedo seguir acompañándote –dijo dirigiéndose a Fabber- el resto tendrás que seguir tu solo, pero no temas, nada te podrá hacer daño mientras estés bajo la protección de los Herederos.

Acto seguido, una nube borró su silueta y Fabber se encontró solo, en un camino estrecho que avanzaba hacia el horizonte... Tras varios días, llegó por fin a la Torre Negra, la Torre de Neikos:

Construido con pura demencia, se erigía la Torre. La locura había sido su arquitecto. Sus muros gritaban con Odio. Sobre sus pináculos estaban posados Demonios alados, buscando una presa con sus agudos ojos de halcón. De sus garras goteaba la sangre de los enemigos, sus cuerpos estaban hinchados por sus festines de almas.

La Torre descansaba sobre una roca titánica, esculpida con la forma de una cabeza cornuda de Demonio, y sus ojos brillaban como fuegos fatuos. Las torres secundarias y las murallas se retorcían en ángulos imposibles, ignorando cualquier orden, y sin embargo el castillo era simétrico, extraño y perturbador. (Fabber, iniciado en los Secretos Geométricos, pudo adivinar como habían conseguido la construcción negando el 5º Postulado de Euclides). A sus pies un mar de fuego borboteaba y bramaba enfurecido. Por encima de él las nubes se rompían como si fueran de papel, y las formas de un millar de Demonios llenaban el cielo. La Torre se fragmentaba constantemente y nuevas construcciones emergían en un ciclo eterno: un ciclo sin fin.

Salve Fabber!! –resonó una voz desde la Torre- hacía tiempo que te esperaba. Habla, amigo, y entra....

Cuando el Verdeoscuro llegó a la Sala donde Neikos se encontraba sentado en su trono, distinguió su silueta recubierta por una Túnica Negra, túnica que ocultaba su rostro con una gran capucha, pero que le permitía ver el brillo de unos ojos... junto a Neikos, se encontraba una mujer de belleza indescriptible.

Luego, es cierto –pensó Fabber- los Herederos han encontrado a Leda. Así es –interrumpió la mujer- Angus corrió en mi ayuda tras la muerte de Krauss.

Fabber: ¿cómo me has leído el pensamiento?

Neikos. ¿Acaso no recordabas que Leda poseía el Poder que después cedió a su hijo?, en estos lugares donde la acumulación de Magia es tan fuerte, tus pensamientos son palabras para ella.

Leda: así es Verdeoscuro, pero no temas, hoy has venido como amigo.

Neikos: Te explicaré por qué estas aquí, estás porque sabes algo. Aunque lo que sabes no lo puedes explicar, pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu vida. No sabes lo que es pero ahí está, como una astilla clavada en tu mente. Y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta aquí. ¿Sabes de lo que te estoy hablando?.

Fabber: de la Profecía?

Leda: ¿Te gustaría saber realmente lo que es?

Neikos: estás en peligro. Te he hecho venir para avisarte: están vigilándote.

Fabber: ¿quién?

Neikos: Calla y escucha. Se por qué estas aquí, Verdeoscuro, se lo que estás haciendo, se por qué apenas duermes, por qué vives solo en tu Torre Oculta y por qué noche tras noche te sientas en tu Trono. Le buscas a Él. Lo se porque yo una vez buscaba lo mismo, y cuando le encontré me dijo que realmente no le buscaba a Él. Lo que estaba buscando era una respuesta. Es la Pregunta lo que nos impulsa Fabber, es la pregunta lo que te ha traído hasta aquí. Conoces la pregunta igual que yo.

Fabber: ¿Qué es exactamente la Profecía?

Neikos: La respuesta la encontrarás por ahí, te está buscando y te encontrará, ....siempre que lo desees...

Después no se supo nada del Verdeoscuro. Los demás miembros de la Guild Oculta ignoraban su paradero. En sus pesquisas, Turalyon y Merlín llegaron al Pórtico que Neikos guardaba. Neikos oraba al pie de un reciente mausoleo construído para honrar la memoria de Angus, el mago que se lanzó como escudo humano para que su hermano Mortar obtuviera la Última Pluma del Cuervo.

Turalyon interrogó a Neikos sobre el paradero de Fabber, y Neikos solo esbozó una sonrisa. Después de un tenso silencio Neikos soltó una pista.

- Está donde la búsqueda comienza, en las fauces mismas de su principio, el lugar más familiar de la Guild.

- ¿Cómo? - preguntó Merlín - ¿quieres decir que Fabber está ya en nuestro Gran Subterráneo? ¡eso es imposible! son días de camino, ni la teleportación es efectiva para cruzar ciertas zonas que llevan a ella.

- Él ya está allí.

A pesar del desconcierto, Turalyon y Merlín leyeron la verdad en las palabras de Neikos.

Fabber había aparecido en sus aposentos del Gran Subterráneo. El lugar donde reposaba, estaba rodeado de mapas, pergaminos, reproducciones a escala de arquitecturas aparentemente absurdas, estantes con cientos de libros dedicados al estudio de la Cábala, la alquimia, la armonía de los opuestos, los tratados supuestamente demoníacos salvados del fuego de una inquisición perdida en el alba de los tiempos, y una mesa con el recuento de los días que llevaba en el Calabozo.

Durmiendo en su largo diván de piedra volcánica consagrada, pasaron en desorden chispazos de sus memorias. De cuando era un niño, cuando superó las pruebas de iniciación mágica en la comarca de Viñas en Arcana y se ganó el título de Fabber el Verde, por el matiz esmeralda que le daba a todos sus conjuros. De sus momentos felices en el hogar con su mujer Aliana y su único hijo, Axen. También recordó la vez que su habilidad y arte mágico no tenían par y de su orgullo y arrogancia para demostrarlo a todo el mundo. La habilidad que atrajo a las tropas de Mul-Sabbut a las Viñas.

De la vez en que volvía a Viñas de un largo viaje por el mundo, encontrando la comarca destruída y un aldeano agonizante que le informó que su esposa y su hijo habían sido desintegrados por las tropas del Inmundo Dragón Sin Nombre. Se acordó cuando cegado por la ira se abrió paso sangrientamente a través de Mul-Sabbut, enfrentando al mismísimo Inmundo Dragón, quien lo derrotó con suma facilidad. Vinieron a su memoria los trescientos años de encierro y tortura en el Calabozo, antes de ser soltado en las calles de Mul-Sabbut. De cuando adoptó la túnica verde y negra y lo conocieron como Fabber el Verdeoscuro, por el luto eterno a su familia.

Se acordó su juramento de pasar de orgulloso y evidente a ser discreto y ocultar su verdadero poder. De cuando con varios magos de ideas similares formaron la Guild Oculta. De las grandes batallas y los momentos de gloria, contra San Prumorf, los Jinetes, la sangrienta batalla en la Torre de la Señora Muerte, la captura de la Última Pluma del Cuervo, el Concilio, los zombies, de cuando Neikos y Leda le señalaron lo que buscaba hace tiempo, desde que se inició en la magia.

- ¡Por todo lo Hermético!

Se despertó y se reunió con sus hermanos Paranahue y Ghrendhel. Luego llegaron Merlín y Turalyon y otros más.

Ghrendhel, atónito, exclamó al final apagando todos sus fuegos fatuos.

- ¡Por todos los Señores del Fuego! ¡Hermanos! ¡Espero que lo dicho acá jamás llegue a oídos ni siquiera del mismísimo Inmundo Dragón Sin Nombre!

Paranahue, al ver el rostro pensativo de todos, invocó la música de las esferas para danzar en busca de algo que pocos sabían

La Muerte de Krauss y el Encuentro con Leda:

"De repente, Neikos se levantó y se dirigió a la Ventana del Sur. No!, Todo no está Perdido -masculló entre dientes-. Aún queda uno... Debemos encontrar a Leda, su Madre, antes de que Ellos lo hagan. Seguramente, Krauss no la dañará, y ella necestitará nuestra ayuda al igual que nosotros necesitaremos la suya. ¿Cómo es eso? -interrumpió Saruman- ¿qué quieres decir?. Bueno, -contestó Neikos- Karakael nos dijo que Krauss tuvo un hijo, y que Leda, era la unica que conocía su existencia. Fhendras es aquel del que nos habló Hamar, en este momento, nuestra maxima prioridad es encontrar a Leda para poder dar con el hijo de Krauss.

Nada más concluir esas palabras, el rostro de Angus se elevó, mientras empezó a recordar un sueño que tuvo hace algun tiempo: en él, se veia como una poderosa tormenta con vientos huracanados arrasó con el Reino de los Altos Elfos de Lumidir acabando con todo signo de vida, exceptuando a una mujer élfica de tez oscura. La madre de Krauss.

Angus: Se donde encontrar a Leda, debemos ponernos inmediatamente en marcha."

Saruman y Neikos se quedaron callados, pensativos, finalmente Saruman me miró.

Saruman: No, los Herederos no podemos partir, debemos proteger nuestro territorio, y el viaje seria demasiado duro para unos hechiceros como nosotros.

Angus: Pero no podemos dejarla alli!!

Neikos: Podriamos dividirnos, con la mitad de Herederos podriamos subsistir aqui... aunque hay muchos riesgos...

Angus: tengo una idea mejor, yo ire en busca de Leda, puedo resistir viajes muy largos, se exactamente el lugar y gracias a mi arco puedo defenderme solo. Ademas asi podria llegar en mucho menos tiempo y cada segundo es importante.

N: Es una locura!! y si te atacasen los Altos elfos?? y como haras guardia tu solo cada noche??

A: Ya no queda un solo Alto elfo con vida, y no te precupes por las noches... dormire tranquilo sabiendo que las sombras velaran por mi.

Al tiempo que decia esto, apretaba contra mi pecho el poderoso emblema que habia adquirido hace poco.

Neikos ya no sabia que decir, sabia que yo tenia razon, pero aun asi no conseguia digerir la idea de dejarme marchar solo.

Saruman, que habia escuchado la conversacion atentamente, dio su aprobacion.

Mire por ultima vez en mucho tiempo a mis hermanos, y parti inmediatamente.

Durante todo el viaje solo me encontre con animales salvajes, sin embargo fue un camino muy duro, por la rapidez del paso que me habia impuesto, sabiendo que no podia perder ni un minuto. No lo hubiera soportado de no ser por lo tranquilo que descansaba por las noches. Soñando profundamente, y en ocasiones, cuando despertaba, me encontraba con algun lobo muerto a pocos metros. Por asfixia, al parecer.

Asi, en el tiempo record de 3 dias y 3 noches, consegui llegar al lejano lugar.

Era una vision espantosa, no habia ninguna clase de vida, ni vegetacion, ni animales...
Kilometros de suelo inerte se extendian en el horizonte, todo habia sido arrasado.

Me habia quedado paralizado, contemplando tal paisaje, cuando una mano me toco el hombro. Me volvi sobresaltado, para encontrar una elfa de mirada serena.

La reconoci de mis sueños, era Leda.

Leda: -No se asuste. Disculpe mi insolencia Señor...

Angus: -Tranquila. Sé todo lo que pasó aquí, y se todo sobre tu hijo, Krauss.

El rostro de la mujer se cubrió de lágrimas al oir el nombre de su hijo y cayó sobre sus rodillas.

La pena invadía ahora su corazón.

Angus: -Siento en lo profundo la muerte de Krauss, pero de seguro se marchó feliz al saber que Tú serías libre.

Leda: -Krauss, hijo mío... no era necesario que diera su vida por mí.

Angus: -Para Él, Tú y su Hijo eran sus tesoros más valiosos, y por ellos dio su vida. Difícil fue para nosotros disuadirlo de cumplir su venganza y por más que lo intentamos.

El rostro de Leda se iluminó en ese entonces.

Angus: -Si tan solo nos hubiera escuchado. Le ofrecimos nuestro apoyo para acabar con los Elfos de Lumidir, pero no... mago orgulloso. Siempre pensando en los suyos y se olvidó de si mismo.

Leda: -Usted Señor, es un Cuervo verdad?

Angus: -Así es. Y ofrezco mis servicios a la Madre de mi amigo. Los Herederos te abrimos las puertas de nuestras torres para que residas allí. Es lo mínimo que podemos hacer por Tí.

Leda: -De seguro debes ser un buen amigo de Krauss, ya que a El no le agradaba mucho la gente. Entonces puedo confiar en Tí. Hay algo de mucha importancia que debo contarles, pero no en estas desoladas tierras muertas.

Angus: -Muy bien, emprendamos el viaje hacia las Torres de los Herederos, en el viaje podremos hablar de ciertas cosas que me intrigan, cómo por ejemplo de ciertos sueños que he tenido.

Leda: -Sueños? Qué tipo de sueños? He sido Sacerdotiza del Reino de Nagaroth y puedo ampliar las visiones y los sueños de la gente.

Angus: -Pues bien, mi último sueño comenzó de la siguiente manera, y en alguna forma el hijo de Krauss estaba involucrado...

Malekith:

Las noticias que me llegaban del Reino de Lumidir eran tristes, tristes no por la muerte de miles de orgullosos Altos Esfos, si no por la desaparición de Krauss.

Estaba claro que cuando desembarcásemos en aquellas tierras no encontrariamos más que desolación a nuestro paso.

Aun asi ordené navegar más rapido. El Arca Negra llegaría de inmediato a esas tierras. Mis exploradores me habian comunicado que no todos habian muerto. Una mujer permanecia en aquellas tierras. Seguramente sería Leda.

Si era así debiamos darnos prisa ya que los Altos Elfos de las tierras más proximas ya debian haber partido hacia Lumidir.

Estábamos desembarcando cuando me llegaron las ultimas noticias, Leda se había encontrado con alguien. Mis exploradores expertos en camuflarse habían comprobado que se trataba de Angus. Era un alivio saber que Leda ya estaba protegida. Pero algo me preocupaba, un ejercito de Altos Elfos se aproximaba a la zona.

Decidimos salirle al encuentro, eso garantizaba que Angus y Leda no tendrian ningun desafortunado encuentro en su regreso. En cuanto al ejercito de los Altos Elfos, no podrian hacer frente a un ejercito bajo mi mando. Sería un buen entrenamiento.

De todas formas decidí asegurarme que Angus y Leda llegarían a casa sin contratiempos. Ordené a la Guardia Negra de Nagaroth, mi guardia personal, que siguiese sus pasos. Dos de mis mejores exploradores los seguian de cerca y en caso de problemas, La Guardia Negra caería sin dilacion sobre quien osase hacer frente a Angus y Leda.

Puesto que no habíamos llegado a tiempo de salvar a Krauss, protegeriamos como fuese a Leda.

Fin del Torneo, Mortar alcanza la Última Pluma de El Cuervo dando la Victoria a los Herederos, mas Angus da su vida por Él:

Angus:

La gran noche habia llegado.

Esta noche castigariamos a nuestros enemigos hasta desfallecer, esta noche la verdad sera descubierta y se sabra lo que nadie supo predecir. Esta noche el cielo y la tierra temblaran bajo el poder de nuestros hechizos, y algunos magos nos sacrificaremos por nuestros hermanos. Esta noche alguien se alzara orgulloso con la ultima pluma del cuervo.

Estaba esperando a Mortar al pie de mi torre. Era el momento, Mortar y yo habiamos planeado salir juntos de caza. Para apoyarnos mutuamente. El poder fluia por mis venas, lo sentia, y casi no podia reprimirlo. Cuando en ese momento llego Mortar. Se teletransporto directamente ante mi. La acumulacion de poder que senti fue inmensa, no mas que la terrible apariencia que este traia.

A pesar de estar en lo profundo de la noche veiamos con claridad, pues el cuerpo de Mortar despedia luz como si de una estrella se tratase. Tenia los ojos rojos, a punto de estallar, y el cuerpo agarrotado. Casi me llego a dar miedo. Sin perder mas tiempo invocamos al conjuro que tan bien sabiamos ambos y comenzamos a viajar en el espacio-tiempo a otros mundos. Era la hora de la diversion.

Caimos justo en medio de un grupo enemigo, Mortar revento en energia y los enemigos empezaron a caer instantaneamente, sin tener tiempo a decir palabra, a algunos les reventaba la cabeza, otros eran despedazados... finalmente el territorio entero habia sido arrasado. Yo guardaba mi energia, según lo planeado, y disfrutaba del espectaculo.

Entonces Mortar se fue tranquilizando, sus reservas casi ilimitadas se veian ahora mas comunes, pero este habia llegado a la cima del poder, y ahora se habia convertido casi en un Semi-Dios, aunque de apariencia fuese el mismo de siempre. Vi unos cuantos enemigos que Mortar no habia conseguido eliminar totalmente, y que seguramente tomarian represalias contra el, pero yo mismo me encargue de ellos, dejandolos en un estado en el que no podrian enfrentarle. Y quedando satisfecho de saber que habia cumplido con mi parte.

Mi hermano, rebosante ahora de poder, pero sin energias, salio de su estado fisico, alzandose en el cielo, hacia la ultima pluma, mientras yo lo miraba, entusiasmado.

Luego nada se supo de el, y quede solo en el territorio enemigo, exhausto, viendo como grandes magos y maleficas criaturas se incorporaban del suelo mirandome, ansiando mi sangre, y sabiendo que iva a ser lo ultimo que veria.

Vuela hermano, vuela alto, consigue la ultima pluma del cuervo y que la maldicion del cuervo caiga sobre tus enemigos

Mortar:

Cuando liberé toda mi energía ya no estaba al alcance de la mayoría de mis enemigos y ascendí hacia la morada del jerarca dejando atrás a Angus. De los dos siempre era él el que iba por delante y yo el que andaba detrás siguiéndolo como podía, así que pensé que podría cuidarse solo allá abajo y de hecho así lo habíamos planeado. Una vez alcance los cielos, se alzó ante mi una fortaleza, al parecer inexpugnable, cuyas puertas se abrieron ante mí. Seguí un largo y oscuro pasillo durante no sé cuanto tiempo y llegue a una sala inmensa, adornada con tapices e insignias. No se como lo hice porque no sabía el camino. Nunca había estado allí pero era como si una fuerza me guiase. Allí en la sala, en un trono de oro y diamantes, estaba sentada una alta figura. De largo pelo blanco y muchas arrugas en la cara, pero sus ojos brillaban como los de un joven y fuerte muchacho. En la mano tenía una pluma: La Última Pluma del Cuervo.

JS: Acércate -me llamó. Me arrodillé ante Él.- Tu y los tuyos habéis luchado fieramente y os merecéis esta gloriosa victoria. Te hago entrega de La Última Pluma del Cuervo por ser el vencedor, así como del objeto mágico que tu elijas.

M: Escogeré esa armadura que parece ser muy poderosa, si vuestra Majestad me lo permite.

JS: Así sea. Parte ahora y prepárate. Nuevos enemigos te aguardan allá abajo en la tierra. Más vale que tengas cuidado y pongas a buen recaudo tu trofeo.

M: Gracias, Majestad.

Y con una reverencia salí de la sala. Poco tiempo después regresé al lugar donde había tenido lugar la gran batalla. No había ni rastro ni de Angus ni de nadie. Abrí una puerta dimensional y me trasladé a la esfera de donde provenía. Allí encontré a mis hermanos Herederos, que corrieron hacia mi al verme aparecer. De pronto vi en sus caras una sombra de tristeza entre la alegría de la victoria. Un mal presentimiento se apoderó de mi corazón.

M: ¿Dónde está Angus?

Neikos: Mortar, Angus murió en la batalla... Se que era un gran amigo tuyo. Todos lo sentimos.
Saruman: Cuando ascendiste al castillo del Jerarca, numerosos enemigos salieron de las sombras y pronto lo rodearon en gran superioridad numerica,. Mató a muchos pero no pudo con todos. Murió cubriéndote las espaldas.

Yo estaba destrozado. Me atormentaba la idea de que le había dejado solo y que por eso había muerto.

Mientras volvíamos a casa Karakael se puso a mi lado.

K: No te tortures tanto. Él dio su vida por la gloria de todos nosotros y por la victoria del clan. Que mejor forma de morir que esa. Si hubieses estado allí probablemente tu también estarías muerto.

M: Tienes razón, pero aun así es un golpe duro de encajar...

Y así, entre la alegría y la tristeza regresamos a nuestros dominios donde comenzamos los preparativos para la próxima guerra, una guerra en la que sabíamos que también íbamos a tener mucho que decir.

Azarel:

Y el cuerpo de un valiente elfo yacia sobre el verde pasto de estos espesos bosques.

Ya nadie pasaba por aqui.

Tan solo algunos pajaros se posaban cerca para alimentarse de las raciones secas que caian del roto morral. Un conejo timido asomo su cabeza entre los matorrales, con la esperanza de coger algo de comida.

Los rayos de sol daban directamente al rostro de este heroe.

De repente el sol se apago, y un centenar de sombras rodearon al caido cuerpo. Lo levitaron y lo envolvieron como dentro de un rico sarcofago. Cuando el cuerpo ya estaba listo, de entre las sombras surgio una pequeña figura. Pronuncio unas antiquisimas palabras magicas, desapareciendo sin dejar rastro.

Ahora el tierno conejo ya podia acercarse sin temor. Ya no habia ni cadaver ni sombras, solo el recuerdo de un valiente amigo y compañero...

Leda:

En mi regreso hacia las torres de los Herederos, bajo la compañía de Angus, tuve el gusto de conocer a una gran persona.

A medida que pasaban los días nos confiábamos nuestros secretos, y fue así cuando me contó sobre su sueño.

Angus: -La cosa fue así Leda, me encontraba saliendo de mi torre junto a un mago que me pareció ser Mortar, luego cruzando unas tierras plagadas de enemigos. Con Mortar peleábamos como si fuera el fin del mundo, pero de repente una mano esquelética había sujetado mis piernas y no podía moverme. Podía ver la desesperación en el rostro de mi amigo, pero por algún motivo intentaba ahuyentarlo, y luego pude ver como este se iba y alzaba la mano al cielo, intentando alcanzar algo que no llegaba a divisar.

Luego desapareció, y la garra me arrastraba hacia abajo, cada vez más, hacia lo profundo de las sombras.

De pronto me encontré rodeado de sombras, la oscuridad comenzaba a asfixiarme, hasta que de pronto vi un rostro en un pequeño claro de luz.

Luego, me desperté bruscamente y agitado.

Este sueño se repitió varias veces y aún no lo logro compreender, tienes idea de su significado?

Los ojos de Leda habían adquirido un tono triste que era acentuado por su silencio.

Después de una pausa dijo:

Leda: -Lo siento Angus, no puedo revelarte los aconticimientos venideros tras ese sueño.

Sólo quiero decirte que eres un gran elfo que da todo por sus amigos.

Después seguimos el viaje y llegamos a la torre de los Herederos y fue recibida por sus miembros, pero nunca me atreví a decirle la verdad del sueño de Angus. Su muerte estaba anunciada, pero había algo más en el sueño que no podía entender bien, y era la imagen que se le presentaba al final.

Leda:

Los días transcurrían y me encontraba descansando con todas las atenciones posibles.

Con el tiempo fui conociendo uno a uno a estos honrosos magos, en especial a Neikos, en quién ponía toda mi confianza.

En los días del solsticio, me acerqué entonces a su morada y le tuve que confiar el secreto que había guardado con la muerte de Angus.

Leda: -Neikos, tengo que decirte algo que creo es de importancia.

Neikos: -Qué es lo que te preocupa bella dama?

Leda: -Cuando viajaba con Angus, me comentó un sueño que lo atormentaba. El sueño era así...

La elfa oscura explica con detalles a Neikos sobre los hechos acontecidos en el sueño y luego prosigue...

Leda: -...Su sueño anunciaba su muerte, pero nunca quise mencionárselo.

Pero además de eso mencionó algo de una extraña figura que surgía de la oscuridad. Al intentar leer su mente pude sentir que se trataba de alguien conocido, pero la imagen se difuminó en seguida.

Neikos: -Mmm... Ya Hamar nos reveló con sus sueños la llegada del Elegido, tendrá esto que ver con lo mismo.

Maldición! Si tan sólo estuvieras aquí amigo Angus. Lamento profundamente tu muerte.

Al notar la tristeza de Neikos, Leda se acerca al mago abrazándolo.

Leda: -Yo también lamento su muerte Neikos. Pero debemos seguir nuestro camino. Fhendras nos espera en las montañas heladas de Lorel, y se acerca el día de emprender el viaje.

Tienes a tus Hermanos cerca, y también a Mi...

Los ojos de ambos se cruzaron y congelaron el tiempo. En sus almas podían sentir el calor de la presencia del otro y por un momento el silencio se hizo protagonista.

La tristeza de Neikos se había desvanecido y un calor nunca antes sentido invadía ahora su alma.

Neikos: -Lo sé Leda...

Y ambos pasaron esa noche juntos albergados por el calor de sus corazones.

Desde ese día un intenso sentimiento afloró en ellos para extenderse en el futuro.

Neikos:

No debemos entristecernos por tan notoria perdida: La Muerte de Angus. Es ahora cuando tras duras batallas ha conseguido llegar junto a sus Dioses. No olvidaremos tu nombre Angus!!!. Te aseguro que vengaremos tu perdida...

Ahora mas que nunca...

Sangre para el Dios de la Sangre, Craneos para el Trono de Khorne!!!

Que la Maldicion del Cuervo caiga sobre los corazones de nuestros enemigos!!!

Las sombras daban brincos y palmas en señal de gloria. Su inusual actividad saco a su Maestro de la concentracion en sus libros de hechizos.

"Hmmm, ya debe haber acabado el torneo, quien sera el ganador?"

Invocando un antiguo conjuro de adivinacion, Azarel, consigio que sus sombras simularan un charco reflejando lo ocurrido hace pocos minutos en el Valle de Aldur o en el Bosque del Terror.

La alegria incontrolable de diversos magos en los bosques era notoria. Fuegos artificiales, musica y baile reinaban en estos momentos.

Las felicitacion apuntaban a un solo mago, un Hermano Heredero del Cuervo Maldito, el ganador habia sido Mortar de Fallen Knight.

"Bien por el, bien por los Herederos. Ya se merecian la gloria de llevarse a casa la ultima pluma" Pensaba asi el pequeño mago.

Una sonrisa se dibujo en su rostro con premura.

"Jejeje, no gano ninguno de Aldur, no gano Garion".

Terminando el conjuro regreso a sus libros con mas animo que antes. Sabia que sus horas de estudio y entrenamiento serian largas, muy largas. Sus deseos por volver a los torneos de magos eran grandes, pero necesitaba mejorar.

El Último Hechizo. La Guild Oculta: (no se si será importante o no)

Los magos de la Venerable orden de la Guild Oculta del Cuervo se reunieron en su recinto mágico. Conforme iban llegando cada uno de ellos hacía la secreta señal reverencial que hacia que algo que colgaba en sus cuellos se iluminara llenando la habitación con destellos capaces de cegar a cualquier individuo... pero no a estos cuervos en particular.

No dijeron nada, sus miradas se cruzaron... sus ojos se tornaron fatuos, y supieron que era el momento. Bajaron unas oscuras escaleras iluminadas solo por el poder que emitian los magos al pasar y llegaron finalmente (y tras un largo recorrido que solo ellos conocen) al Salón Mágico Oculto, donde no había sino un enorme tapete rojo, libros, pociones y muchos objetos mágicos. Todos sabían lo que debía hacerse.

Se reunieron en un círculo mágico, prepararon el recinto con polvos verdeoscuros, El Cinturón perdido de Turalyon fue sacado por éste, un Baston antiquísimo posesión de Merlin se paro solo enmedio de los magos, Paranahue bailaba con el alma fuera y los ojos en blanco mientras que Ghrendhel con solo pensarlo encendía el fuego alrededor de ellos y adentro del círculo, donde debía arder el bastón de Merlin, pero no lo hizo... simplemente flotó en el aire.

Sería Fabber quien rompería el silencio. "Todos sabemos qué nos reune aquí y qué hemos de hacer, venerables hermanos. La situación ha cambiado. El Gran Dragón Sin Nombre ruge desde su sueño por los acontecimientos que se han dado lugar en Mul-Sabbut. Escupe fuego y ha hecho un llamado que solo nosotros pudimos escuchar"...

Fabber es interrumpido por Turalyon que dice: - Nunca volverá a ser lo mismo...

Para eso hemos venido venerable hermano - responde Ghrendhel -, todos hemos escuchado un llamado que jamás se volverá a manifestar.

- Las sombras han de cernirse sobre Mul Sabbut cual antaño - pronuncia Merlín con un tono mas profético que el mismo oráculo -. Algún día tenía que suceder y ya el cielo comienza a mostrarse acorde.

Los magos voltearon a ver el cielo con sus ojos mágicos y fue Paranahue quien recitará "El momento ha llegado". En este momento todos se tomaron de las manos y lo que ahí se vio no podrá ser descrito con palabras jamás, las llamas que brotaron con un color y formas místicas, en el recinto sagrado que los agrupaba. Nadie supo qué entidad se manifestó ahí esa sombría noche en que el cielo se abrió y una tormenta comenzaba a cernirse sobre todos los habitantes de tan lejanas tierras.

Los magos cerraron los ojos, recitaban a la par con sus distintas voces:

"En nombre de la Oscuridad madre. Al tiempo hacemos un llamado según lo dispuesto por Treschtar Señor de Todo lo Opuesto. Te ordenamos ¡oh! sombra de sombras, Maldad de las eras, Intuición de la muerte. ¡Maldita respuesta de sueños sin suerte!, ¡Renuencia altiva de gloria sin fuerte! ¡HÁGASE SOMBRA DONDE HAY LUZ!, ¡Y OSCURIDAD DONDE EXISTE LA MUERTE!".

Los magos de la Guild sintieron un escalofrío recorrerles la espalda al sentirse observados por alguien o algo que respondía con una voz que no se parecía a algún sonido pronunciado en este mundo que resonaba un : "Así sea. Esclavos de las sombras, se tornaran en amos de su voluntad regente. Ustedes saben las consecuencias".

Un golpe sucumbió en el alma de cada mago, además de los gritos que los miembros de la Guild Oculta clamaban a lo desconocido, solo se escuchó la voz del señor de los fuegos fatuos que gemía mientras se llenaba de oscuridad "¡LAS ESTRELLAS SE HAN ALINEADO!". Ese día los habitantes de Mul-Sabbut sintieron un terrible terremoto seguido de la oscuridad absoluta. No existió antorcha que no se apagara esa noche. Los mismos Jerarcas supieron que algo andaba mal, cuando se desató la tormenta más grande jamás vista en Mul-Sabbut desde tiempos ya no recordados.

La Torre Oculta estaba envuelta en sombras, el recinto sagrado estaba cegado permanentemente. Cuentan los que saben, que sólo se observó como las escaleras de tan mágico lugar se encendían.

La Oscuridad había llegado a Mul-Sabbut. Y para ningún cuervo pasaría desapercibido el fugaz miedo que sintieron... Pero ninguno supo por qué.

-Tomado de las Crónicas Ocultas de la Guild.

Nadie tenía una vaga idea de lo que tendría que acontecer en el siguiente torneo del cuervo. El Gran Dragón Sin Nombre yacía en su eterno sueño molesto por lo acontecido en Mul-Sabbut a últimas fechas... Nada de eso no podría volver a repetirse.

Una sombra acechaba desde cierto rincón y los magos de la venerable orden de la Guild Oculta sabían de su existencia. Sin embargo, nadie supo donde estaban ni donde quedarían. Las temibles fuerzas de la oscuridad habían sido liberadas, pero solo aquellos que estaban en el lado oscuro de la realidad pudieron saberlo.

Se escuchó un grito: ¡Ahzhumat silhuatu!, era la voz del señor de los fuegos fatuos, y en la Torre de la Muerte Thanatos perdió la vista momentáneamente y sintió una presencia maldita observándolo. Ghrendhel sonreía en la Torre Oculta de la Guild, mientras bebía el líquido brillante que le antecedía.

 

 

 

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